XXXIX Encuentro de Familia Dominicana
Nos encontramos en Caleruega laicos, frailes y hermanas para estudiar la forma de llevar hoy el mensaje del Evangelio a un mundo plural. Este es el tema que la Orden ha elegido para reflexionar este año, dentro del jubileo dominicano, en el camino hacia el 2016, y sobre el mismo tema se publicarán en breve unos materiales de formación.
Las personas que están preparando estos materiales fueron también quienes nos ayudaron en el intenso trabajo durante el fin de semana. Comenzamos el encuentro con la aportación de la hermana Ascensión Matás, OP, que trató ampliamente el tema de la inculturación y la nueva evangelización.
El sábado por la mañana, tras compartir la oración y la eucaristía con las monjas dominicas, lo dedicamos a tratar el tema del arte como vehículo de expresión y transmisión de la fe, centrándonos particularmente en el movimiento de arte sacro que se produjo en Francia en el siglo XX, y que tuvo como uno de sus máximos impulsores al Padre Couturier, y que nos dejó obras de artistas creyentes y no creyentes, entre los cuales destaca especialmente Matisse. Nos guió en este recorrido fray Iván Calvo, OP.
La tarde del sábado la dedicamos a trabajar en grupos los temas tratados hasta ese momento. Las aportaciones mutuas enriquecieron enormemente lo compartido. Por la noche, tuvimos ocasión de asistir a la representación del privilegio rodado de Alfonso X el Sabio, por el que se otorgó el señorío de Caleruega a las monjas dominicas en 1270. En esta representación medieval se vuelca el pueblo entero, con una puesta en escena espectacular que testimonio el afecto que los habitantes de Caleruega profesan a las monjas dominicas.
El domingo por la mañana, y tras orar en el pozo de Santo Domingo, D. Vicente Jara, de las Comunidades de Predicación Juana de Aza, desarrolló el tema de la relación entre naturaleza, cultura y fe, y las aportaciones en este tema a lo largo de la historia de diferentes figuras de la Orden de Predicadores. Tras la eucaristía final, nos fuimos despidiendo con el deseo de repetir la experiencia el año que viene.
A continuación, reproducimos la crónica de las monjas dominicas de Caleruega:
Otro año vivimos la alegría de tener a la Familia Dominicana en Caleruega
Un año más la Familia dominicana de España celebró su reunión anual en Caleruega y vinieron a nuestro Monasterio para compartir con nosotras y los frailes que les acompañaban una celebración de Laudes y Eucaristía en unión de hermanos en la Orden.
Fue el pasado día 9 de Julio de 2011 y vivimos con ellos un comienzo del día alegre y fraterno. La celebración fue presidida por fray Iván, tan querido para nuestra comunidad. Su homilía fue preciosa animándonos a todos a vivir el carisma legado por Santo Domingo con entrega y con gozo, sin miedo y con confianza, también se recordó a San Juan de Colonia OP, cuya memoria se celebraba ese día.
Al concluir la celebración, los que venían por primera vez pudieron visitar rápidamente el museo, mientras los más conocidos de otros años nos saludaron y pudimos conversar un ratito con ellos antes del desayuno, pero se fueron enseguida a trabajar en sus reuniones que duraron todo el fin de semana y de las que seguro se obtendrá mucho fruto, así se lo pedimos a NP Santo Domingo. La Orden espera mucho de nuestros hermanos seglares inmersos en el mundo y nosotras les apoyamos constantemente con nuestra oración y acogida.
Ese mismo día se celebraba en Caleruega la fiesta del “Privilegio” que Alfonso X el Sabio concedió a las monjas de Caleruega de cederles su Señorío por estos contornos a la vez que las donaba el Monasterio, construido en lo que fue la casa de los Guzmán, al tiempo que las pedía oraciones por su familia y que siempre honraran la memoria de sus Santo fundador Domingo, honra de Castilla y de la Iglesia.
A las diez y media de la noche, ya con el trabajo hecho, todos pudimos asistir a esta fiesta que consiste en la representación por parte de los vecinos del pueblo de este trozo de la historia de Caleruega. Todo en un ambiente muy medieval: los trajes, las danzas, la música, la ambientación de las calles, … Nos trasladamos a 1270, I Centenerio del nacimiento de Nuestro padre e inauguración oficial del Real Monasterio con asistencia del Rey, su familia numerosa y su séquito, también numeroso.
Todas nos conmovemos por este hecho porque en su momento así sucedió y lo vivimos con intensidad, dando gracias a Dios por el espíritu y la realeza de nuestro monasterio.
Al día siguiente hubo despedidas de los hermanos de la Familia Dominicana. Tanto ellos como nosotras sabemos que volverán como muy tarde para su próxima reunión anual. A ellos les gusta venir a la Casa de Domingo, que es la casa de todos los dominicos, y a nosotras nos encanta compartir un tiempo de encuentro fraterno para después seguir pidiendo por ellos, contando con la valiosa intercesión de Nuestro Padre.
Dominicas de Caleruega