Celebración de Acción de Gracias por las Bodas de Oro de un grupo numeroso de frailes
No han podido venir todos, pero todos han estado muy presentes. Comenzó con un reconocimiento del Prior de Caleruega, fr. Emilio García, quien leyó el nombre de todos ellos. Fr. J.A. Reyero, nuestro servicial hermano enfermero de Villava, también estaba de onomástica. Presidió fr. Hermelindo y su hermano fr. Pedro le acompañó junto con todos los concelebrantes, más de 60. Pueblo de reyes, asamblea santa. Pueblo sacerdotal. Muchos familiares, sobre todo de Caleruega, les acompañaron. Homilía muy emotiva del fr. Tello, que supo remontarse a aquel día en que se preparaban a la ordenación, hace 50 años. Emoción y lágrimas en algunos de ellos. Impulso y ánimo de fidelidad en todos nosotros.
Un detalle-regalo -cruz con corazón- presentado por fr. J.Ant. Rodríguez en la comunión daba paso a la parte más lúdica y fraternal. Fr. Valdés, de La Felguera, hizo una bella semblanza de aquellos viajes iniciales para estudiar en Corias, viajes casi de diligencia. Y como buen profesor de Lengua que fue, nos deleitó con el recitado del poema de Gabriel Celaya -¡quién se lo iba a decir a Celaya, que iba a servir para unas bodas de oro sacerdotales, pero eso es lo bueno de la poesía, no sabe de ideologías- que transcribimos al final: “EDUCAR”. Todos hemos sido niños, todos los presentes, como buenos predicadores, hemos sido y seguimos siendo educadores .
Los “abuelos de la provincia”- así los llamó fr. Emilio- nos deleitaron con un canto final de su época, entrecortado… ¡ah la memoria…! ¡Pero queda la música!