
53° Encuentro de Familia Dominicana

Familia Dominicana en Caleruega: un encuentro con la esperanza viva
Del 11 al 13 de julio, la Casa de Espiritualidad Santo Domingo, en Caleruega —cuna de nuestro fundador— se llenó de vida y alegría al acoger el 53º Encuentro de la Familia Dominicana. Bajo el lema “Familia Dominicana, peregrinando con esperanza”, vivimos unos días profundamente fraternos, donde la oración, la reflexión y el testimonio encendieron en nosotros el deseo de seguir caminando juntos como pueblo de Dios.
El encuentro se abrió con la simbólica Oración en el Pozo, lugar donde fluye la memoria viva de Santo Domingo. A la luz de la fe, bebimos de ese manantial que nunca se agota. Posteriormente el encuentro se animó con cantos, testimonios y un video elaborado por el Movimiento Juvenil Dominicano, que trajo voces de esperanza desde diversos rincones del mundo, como Cuba y Uruguay. Desde el inicio, se respiró un ambiente de comunión, alegría y compromiso.
La mañana del sábado comenzó con la oración de laudes junto a las monjas contemplativas, una fuente de serenidad y fuerza espiritual. Luego, Mª Dolores López Guzmán (Dori) compartió una profunda conferencia sobre la esperanza que no teme mirar la realidad. Con imágenes llenas de belleza y fuerza, como el icono del “Calígrafo” o la balanza del bien y el mal, recordó que, aunque el mal pese más, un solo gesto de bondad puede inclinar el mundo hacia la luz. Jesús, el Crucificado, es para nosotros creyentea el rostro de esa esperanza encarnada.
La segunda conferencia, a cargo de la Hna. Arantxa Sanz Erice, abrió caminos concretos para sostener la esperanza: cultivar la interioridad, sanar vínculos, vivir con alegría profunda y generar comunidad. En grupos de reflexión, se compartieron las experiencias a partir del libro “Manantial de la Esperanza” de Fr. Timothy Radcliffe. Estos momentos ayudaron a descubrir que la esperanza no se guarda, sino que se comparte y se celebra en familia.
El domingo, la Eucaristía de clausura, celebrada en la iglesia de las monjas junto al pueblo de Caleruega, fue el broche de oro de este encuentro. Seguido, Fr. Miguel Ángel Gullón nos emocionó con su testimonio misionero desde República Dominicana, donde coordina proyectos que dan vida y dignidad a comunidades empobrecidas. Su vida y su palabra nos recordaron que la esperanza es también compromiso, entrega y presencia real en medio de la tormenta.
Así terminó este encuentro, con una comida fraterna y el corazón lleno. Los participantes volvieron a casa con el alma encendida, sabiendo que la esperanza no es un refugio para huir del mundo, sino una fuerza que nos impulsa a transformarlo. Desde Caleruega, seguimos caminando como Familia Dominicana, con los pies en la tierra y la mirada en el Evangelio, sembrando luz allí donde parece no haberla. Les esperamos el año que viene.